Afrontando el final, qué hacer cuando se recibe un diagnóstico de enfermedad terminal. Kathleen Dowling Singh

Kathleen Dowling Singh es especialista en psicología transpersonal y es Autora del libro “The Grace in Dying” que se considera una evolución de la teoría “clásica” de adaptación al proceso de morir propuesta por Elisabeth Kubler Ross. Hemos contactado con la Dra Dowling Singh y nos ha amablemente permitido traducir una carta escrita por ella para las personas que reciben un diagnóstico de enfermedad terminal. El documento original (“Facing the end”) se puede encontrar en su web http://www.kathleendowlingsingh.com/articles.html

Vincent Van Gogh: “Sembrador al atardecer”

Escribo para aquellos de vosotros que han recibido un diagnóstico de enfermedad terminal. Después de haber trabajado con cientos de personas en proceso de morir, sé que sólo puedo imaginar a los choques de la incredulidad, el miedo y la desesperación que habéis soportado desde que recibisteis esta noticia. Sé que sólo quien se ha enfrentado con una noticia semejante puede realmente comprender cómo os sentís, cómo vuestra vida ha cambiado. Sin embargo, otras personas han recorrido el camino al que ahora os enfrentáis. Durante mis años de trabajo en cuidados paliativos, estas personas me han permitido que sea su testigo y compañera. Lo que sigue es la esencia de lo que me han enseñado.
Nunca habéis muerto antes. ¿Cómo os vais a preparar? Ya habéis sido arrojados con un duro golpe fuera de la cara superficial de la vida, fuera de la  siguiente respiración que damos por sentado. Ya estáis comenzando a vivir con una intensidad y urgencia que puede que nunca conocisteis antes.
El final de la vida es un momento en que todas las creencias espirituales de la vida, acumuladas a lo largo de los siglos, se vuelven insistentes, iluminadas, escritas en letras mayúsculas. Como quienes están viviendo el cierre final de sus vidas han descubierto, estas creencias siempre han servido no tanto para hacernos “buenas” o santas personas, sino porque ellas hablan acerca de lo que funciona –lo que hace el vivir, y sobre todo el  vivir con la muerte, de alguna manera más fácil, más pleno, y, aunque pueda parecer imposible al leer estas palabras, más profundamente satisfactorio.
El tiempo de la enfermedad será el momento más difícil. Como cientos de pacientes de cuidados paliativos me han descrito, vais a estar sometidos a una importante prueba con cada nuevo malestar, cada nuevo cambio en el funcionamiento de vuestro cuerpo. Vuestra relación con la esperanza se va a transformar. El verdadero significado de esta palabra cambiará para vosotros – como lo harán el tiempo, y las prioridades, e incluso el sentido de lo que vosotros mismos sois. Creo que el primer consejo que mis maestros de cuidados paliativos ofrecerían es simplemente respirar y aprender a desapegarse un poco, viéndoos a medida que avanzáis a través de estos cambios y recordar que vosotros no sois estos síntomas.
Practicad la ecuanimidad

Envolved los cables sueltos de vuestra vida. Prácticamente,  envolved vuestra conexión con el mundo de las cosas. vaciaros ahora de todo lo que no es esencial. Aligerad vuestra carga. Física y espiritualmente, recordad que aunque la medicina nos ha dado mucho para hacer más fácil la vida, ha hecho el morir un poco más difícil. Pensad en lo que deseáis para vosotros mismos en términos de capacidad de la medicina para prolongar artificialmente la vida.  haceros preguntas – y procurad que vuestras respuestas sean conocidas. ¿Cuál es el mínimo de calidad de vida con la que estáis dispuestos a seguir viviendo? ¿Qué es lo que queréis para vosotros en la hora de vuestra muerte? Lo que os dará fuerza? (Y, si os  os da  fortaleza entonces, dedicaos a esto ahora mismo . Debéis saber que vais a experimentar una profunda transformación,  que os vais a mover a través de un caos doloroso, una rendición quizás ahora inimaginable, y una experiencia llena de Gracia del Espíritu. Estad preparados para ello. Reconoced-lo cuando sucede.
Practicad la responsabilidad

Haced las paces con las personas importantes en vuestra vida. Si hay personas que necesitan saber que vosotros las amáis, decídselo. Gustad, respirad, y  regocijad en la apreciación mutua, como nunca pueda que  hicierais antes.
Practicad la gratitud

Si tenéis que hacer las paces con alguien,  hacedlo ahora. Para aquellos que os han hecho daño, así como para la parte de vosotros mismos que ha hecho daño,
Practicad el perdón

No hay lugar para el orgullo o la frivolidad ahora. Todo lo que tenemos al final es nuestro amor – para aquellos que han sido valiosos para nosotros, para este hermoso planeta, por el regalo de la vida. Dejad que vuestro cuerpo sea instrumento de amor
Practicad el amor

Vivid cada segundo que queda de la manera que os gustaría haber vivido cada segundo que ya se ha ido. Esto contentara vuestra vida . Esto hará la muerte más pacífica. Este mundo es sólo nuestra dirección temporal. No nacimos con ninguna promesa a parte que nos vamos a morir. Ese es el precio de la preciosa y frágil oportunidad de la vida en un cuerpo humano. Pero, mientras que todavía poseáis el don de la vida,
Practicad el simple hecho de estar

Encontrad alguien con quien hablar – para expresar todo lo que estáis sintiendo, sin juicio o censura. Seréis más capaces de manejar  las emociones que sentís, y vuestra verdad será una ayuda y una guía para todos los que os  escuchen.
Practicad la aceptación
.
El tiempo de la enfermedad puede ser un brutal asalto físico y psicológico. Recordad que aunque no se muere fácilmente, si se muere transformados (aunque la experiencia del morir no es fácil, se experimentan profundas transformaciones) . Se puede experimentar una Gracia Divina extraordinaria en el proceso del morir. Buscad una práctica espiritual fuerte y simple que os sirva en momentos de crisis, o profundizad en su práctica habitual, de tal manera que tengáis un espacio en el que recibir la Gracia amorosa y radiante que os llenará. Permitid que las personas a las que queréis sepan sobre esta práctica para que puedan compartirla o, si vosotros no podéis hacerlo, para que ellas la hagan en vuestro lugar.
Practicad la oración y la meditación

Con toda probabilidad, os  sentiréis débiles y enfermos, y con toda probabilidad, será muy muy duro. Aceptad que como seres humanos somos frágiles, vulnerables. Aceptad  nuestra pequeñez absoluta ante una potencia inabarcable respecto a lo que pensamos que somos. Dejad que vuestra mente se vacíe y vuestro corazón se reviente cuando digáis adiós. Del mismo modo que no tenemos más remedio que confiar en el proceso de nacimiento, no tenemos más remedio que confiar en el proceso de la muerte. La intensidad del ser que vais a descubrir en vosotros mismos a medida que avancéis a través de las profundas transformaciones del morir no es sin sentido. Comenzaréis  a resonar con dimensiones más profundas y más impalpables del ser. En vuestra propia manera y con vuestro propio tiempo,  llegaréis a saber que estáis entrando en una Existencia segura, amorosa y más vasta, radiante de Espíritu.
Practicad la rendición

Que podamos hacer estas prácticas en nuestra vida y en nuestra muerte, y  que todos nos mantengamos mutuamente en nuestras oraciones.

Traducción: Alicia Rejano (Asistente filosofico y orientadora e insertora laboral)

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